Cine, cine, cine,
más cine por favor,
que todo en la vida es cine
y los sueños,
cine son.
Siempre había escuchado, o leído, que Ingrid Bergman era una mujer alta, sobre todo para la época en que vivió, y que muchas de sus parejas masculinas no le llegaban a "su altura", física por supuesto, porque ella tuvo la suerte de trabajar con muchos de los grandes de la época dorada de Hollywood. Pero lo que sí me ha resultado una sorpresa y también me ha provocado un ataque de risa han sido las alzas que tuvieron que ponerle a Humphrey Bogart para que pareciera más alto que la actriz sueca en la mítica Casablanca.
Esto me ha recordado que cuando Julio y yo nos casamos, mi suegra q.e.p.d. quería que yo fuera con zapato bajo el día de la boda, soy un poco más alta que Julio, a lo que yo me negué, le dije que si su hijo no tenía complejo ninguno en salir conmigo y además que todos los que nos conocían sabían cómo éramos, lo del zapato bajo era, y sigue siendo, una ridiculez. Como si ser más alto o más bajo garantizara la felicidad en el matrimonio o en la vida en general.