No hay día en que no recuerde a mi madre, siempre algo me la recuerda, una frase, una canción, un olor.
11 años estuve sin verla y durante los últimos 10 años de su vida estuve a su lado, cuidándola en sus múltiples dolencias. Y aunque a veces la responsabilidad me sobrepasaba nunca dejé de mirar por ella, aunque para ello tuve que sacrificar mi vida personal y familiar. Por suerte siempre he tenido a mi lado a Julio que me apoyó y ayudó en todo lo que pudo.
Un recuerdo de ella: durante los 11 años que estuve viviendo en Cuba y ya con la cartilla de racionamiento, "tocándome" solo un par de zapatos por año, zapatos que a los 6 meses ya no me servían, yo era una niña y luego una adolescente que crecía , ella nunca compró los que le tocaban para que yo pudiera tener al menos unos zapatos medianamente decentes, por eso desde que comencé a trabajar en España hice todo lo posible por enviarle todo lo que le hiciera falta y aunque mi sueldo no era mucho todos los meses separaba una cantidad para enviar artículos a la familia en cuanto se encontraba ocasión de hacerlo.
Mi madre era toda generosidad pero también sabía hacer frente a las injusticias, aquí un ejemplo de lo que era capaz.
Algún día nos reuniremos de nuevo, al menos prefiero pensarlo así.