Papá ya lo había dicho, en cuanto se terminaran las deudas que había contraído para sacar adelante el negocio que había puesto, le enviaríamos un paquete a la familia en Cuba. Así que cuando llegó el momento, comenzamos los preparativos, lo primero: ir al consulado, a pedir el papel del permiso, 5.000 pesetillas de nada (en 1972 eso era un dinerito), en el papelito nos indicaban lo que se podía enviar, y nos recordaban que debíamos de presentar una factura de todo lo comprado, factura que "arreglamos" un poco. El siguiente paso fue ir de compras, aprovechamos las rebajas, que en esa época si eran rebajas y no lo de ahora, y compramos todo lo que se permitía, el paquete llegó a pesar cerca de los 50 kgs. y eso que quitamos todo tipo de envolturas. Lo único que no nos dejaron pasar fueron unos sobrecitos con laurel y azafrán, no estaba permitido enviar nada de alimentos, -pero es que esos no son alimentos, son condimentos, dijo mi padre,
-no, le dijeron, -no se puede. El paquete hubo que llevarlo abierto al consulado, ahí daban el visto bueno y comprobaban con las facturas que presentamos. Después de pasar este trámite, vuelta a casa a preparar el paquete, ¡que emoción, lo contenta que se iba a poner la familia!
El envío fue por Iberia, la verdad es que ya ni me acuerdo lo que pudo haber costado , pero nada de eso tenía importancia, porque la sorpresa que se iban a llevar en casa merecía la pena. Y sí, sorpresa se llevaron, cuando recibieron la nota de que había llegado un paquete a nombre de mi madre, había una cifra anotada, y ellos pensaron que sería el número del paquete, cuatro dígitos tenía la cifra, 14 los dos primeros, lo siento, pero ya mi madre no se acuerda el número exacto,y cuando fueron a buscar el paquete, tachán tachán SORPRESA, el númerito en cuestión era lo que tenían que pagar por derechos de aduana, es como si les hubieran cobrado y bien cobrado todo lo que llevaba dentro, nada de una cantidad testimonial, no señor, el negocio era cobrar unos aranceles que dejaban a más de uno sudando, para algunos artículos el porcentaje sobrepasaba el 100%, muchas personas tenían que vender parte de lo recibido para pagar la dichosa factura. En casa por suerte, no se llegó a ese extremo, pero fue suficiente para que fuese el único paquete que enviáramos por esa vía. Como dice Marrero un cuenta chistes de aquí: ¡Más nunca! Ya nos ocuparíamos de buscar otras vías, igualito que lo que hacían los funcionarios del consulado de aquí para sus envíos particulares.
Hola Lola! si es verdad que dá una alegría y una ilusión enorme preparar un paquete de regalos, y recibirlo ni te cuento! Pero eso de que llegue con pago incluido... Menudos trapis los de las aduanas, aranceles, el estado y la madre que los pa...!!
ResponderEliminarY cuáles fueron otras vías? mandar cosas con gente que viajaba?... He visto algunas películas en las que se recogen estas situaciones, pero claro, no sé si tiene que ver mucho con la realidad...
Qué vivencias nos cuentas...
Un beso!
pues vaya gracia el paquetito...qué cara tan dura.
ResponderEliminarlola Nosotros nos volvíamos locos enviando cosas con gente que conocíamos aquí, era un riego porque la verdad es que a veces no llegaban, pero era preferible a gastarse todo ese dineral y sobre todo hacérselo gastar allá a la familia. Un beso y gracias por tus visitas.
ResponderEliminarnere hija, Cuba es un país donde todo es diferente.
Por eso mismo tu familia cubana, es tan especial ;)
un bochorno lola, que el gobierno se aproveche de la miseria que genera.
ResponderEliminarDe todos modos, hoy mismo ando buscando unas pastillas para mi vieja. Aqui en Miami, todas las vias son "alternativas".
;)
No creas que no siguen pasando cosas similares, no ya por la Administración en sí, sino por éste o aquél empleaducho aprovechado, que hay más de lo que pensamos, que quiere hacer su agosto con el diciembre otros.
ResponderEliminarBesos
El paquete. Que símbolo de la miseria cubana! Yo también recuerdo algunos paquetes que había que pagar para recibirlos, pero eso creo que se acabó pronto. Ya después llegaban sin pagar, pero siempre se perdían cosas.
ResponderEliminarFinalmente, ya estando en Canada, continué recibiendo paquetes: Mis familiares de Miami me mandaban "café cubano", una cafeterita chiquita, una lata de cascos de guayaba, etc en paquetes simbólicos de los que ya no podemos desprendernos.
Saludos,
Al Godar
No sé por qué, el caso es que me temía lo peor desde el principio.
ResponderEliminarEn este tipo de historias siempre pagan los mismos.
Un beso.
Tony El problema es que seguirá aprovechándose de lo mismo, ya oiste a Castro II, "el sacrificio" tiene que seguir.
ResponderEliminarVerdial Desgraciadamente, funcionarios corruptos hay en todas partes.
Al tienes razón, eso "del paquete" sigue vigente, cuando hay trasiego de mis familiares entre U.S.A. y España, siempre nos enviamos algo, creo que ya forma parte de una idiosincracia.
Tawaki Lo malo de estas historias, es que normalmente el final ya viene "cantado" en fin, cosas del socialismo cubano.
Un saludo a todos, y gracias por pasar por aquí.
Al menos tuviste la suerte de que llegara... Yo no corrí la misma hace 4 años :-(
ResponderEliminarDecomisaron todo en la Aduana, dos cajas grandísimas que había mandado en el contenedor de una cubana era lo que había mandado yo, y de nada valieron cartas al Comité Central (de la familia de ella), gestiones de los que mandamos desde aquí las cosas, pataleos en la Embajada, etc., etc. Ni una goma de mascar le dejaron sacar del contenedor...
Todas las cosas pasaron a "mejor" vida... supongo... "Bochorno" se queda corto...
Saludos, Lola!!!
Increible,,son coss q pasan solo alla,,,Una de las ultimos viajes se me ocurrio un jamon serrano y me lo quitaron en el aereopuerto porq dijeron q los animales de España estaban enfermos, me dieron deseos de cogerlo y meterselo por la cabeza,,,,saludos
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