Nere no vayas a matarme
Crecí viendo viejas películas durante la sobremesa en mi hogar, allá en Cuba, mi tierra natal. Este blog es un compendio de mis aficiones, el cine y la bisutería, y también parte de mis recuerdos infantiles y juveniles. Bienvenido a mi rincón virtual.
Allá por los años 50 en España se escuchaban discos dedicados por las emisoras de radio para felicitar un cumpleaños, un santo, una primera comunión, etc., y esta canción era una de las que más recuerdo. Nere, no te enfades. Al contrario, dale un beso.
ResponderEliminarTambién se te la podría aplicar a ti.
ResponderEliminarUn abrazo.
je je,no me enfado madre,no me enfado!gracias por la entrada dedicada.besitos
ResponderEliminarPepe Cuando llegué a Canarias en 1970, me quedé por un tiempo en casa de unos tíos, y ellos por la noche ponían la radio, no tenían tele, y recuerdo que había un programa de discos dedicados y los que mas recuerdo eran algunas canciones de Alfredo Kraus, Antonio Machín y la de Perlita de Huelva, Amigo conductor. Saludos!
ResponderEliminarTawaki Gracias. :) Otro beso para ti
Nere Tu abuelo te cantaba Yo vendo unos ojos negros, creo que es una de la imágenes más tiernas de las que tengo memoria de él. Estaba loco con su nieta canaria. Un besito.
Pero eso sí mama...lo de poner el video en vs Karaoke ...sólo se te ocurra a ti ;)
ResponderEliminar¿y la del lunar no la cantaban tb?
Jeje, es por si a lo mejor alguien se animaba a cantarlo en su casa.
ResponderEliminarSi, era la del lunar la que te cantaba abuelo, a tu mami ya se le va el baifo de vez en cuando.
Que hermoso. Y no me refiero solamente a la canción, sino a tu comentario.
ResponderEliminarYo también dormía a mis hijos con canciones, ya fueran las nanas de toda la vida, o lo que se me antojara. Me encantaba. Me sentaba en una mecedora y los mecía en ella hasta que los dormía con mi canto. Sí, ya sé que según los pedagogos y pediatras es una aberración, pero que quieres que te diga... yo me sentía tan agusto cuando mi madre hacía lo mismo conmigo, tan protegida, que he querido que mis hijos sintieran lo mismo.
Y a los entendidos, pues éso, que cada maestrillo tiene su librillo.
Un abrazo