El Tegretol

El Tegretol es un medicamento, que como otros muchos ,faltan en Cuba, durante mucho tiempo estuve enviando paquetes porque una persona que vivía allá los necesitaba, al principio bastaba con ir al consulado y solicitar un papelito que no recuerdo qué nombre rimbombante le daban y que servía para que los pomitos de medicina pasaran la aduana sin problema, recuerdo que el permiso en cuestión terminaba con la frasecita de siempre: saludos revolucionarios de patria o muerte; bueno, la cuestión es que al principio el papelito de marras era gratuito, pero de repente llego un dia al consulado y la funcionaria me dice:

- son 200 pesetas

-¿me dará un recibo supongo?

-claro que sí

-ah! bueno, no se ofenda pero en mi trabajo tengo que pedir justificantes de todos los gastos, ya sabe un poco de deformación profesional.

-No, no hay problema.

Creo que la funcionaria estuvo a punto de llamarme compañera, bueno, en ese caso, creo que hubiese sido también un caso de deformación profesional.

Los paquetitos los enviaba con bastante frecuencia, y aunque sinceramente a mi eso de visitar el consulado siempre me daba un poco de repelús, acudía a la cita porque sabía que esa medicina era importante para la persona que la recibía. Pasado unos meses me dice la funcionaria de siempre:

- el permiso vale 500 pesetas y ahora sólo se pueden enviar 2 envases en lugar de 3.

(h d p, pensé, uds. mucho socialismo pero se están capitalizando con la desgracia de los demás), el aumento de la tarifa y la reducción de lo permitido no impidió que siguiera enviando las medicinas. Pero un día, había pasado cerca de un mes desde el último envío, recibí una carta de Cuba, no era la letra acostumbrada, aunque también la conocía, me decían que habían recibido el paquete pero que ya no era necesario enviar más: el destinatario había muerto, no recuerdo cuantas veces releí esa carta, no quería creerlo: mi mejor amiga había muerto y yo ni siquiera tuve el consuelo de estar a su lado en su despedida. Volvieron a mi mente nuestros sueños de lo que haríamos cuando viviéramos en España, mis sueños medio se han cumplido, los de ella: nunca; enfermó poco antes de llegarle la salida y el padre, supongo que con buen criterio, le ocultó la verdad momentáneamente, esperando una mejoría que nunca llegó.

Hoy, 4 de septiembre, mi amiga, compañera de clases y de sueños juveniles, hubiese cumplido años. El destino no quiso que volviéramos a encontrarnos. ¿Debo de guardar rencor por esto? durante mucho tiempo el odio me comía las entrañas, ya no, el rencor desgasta y no te deja vivir. He llegado a un punto en que ves las cosas de distinta manera y como dicen por aquí, Dios castiga sin piedra ni palo, no somos nosotros los que debemos de castigar, el personaje que nos ha causado tantos males pronto rendirá sus cuentas, y ni siquiera brindaré con champán como pensaba hace unos años, nada de lo que he perdido y no me refiero a lo material ,me será devuelto. Ya todo me da igual.