Navidades 1970

Fueron mis primeras navidades fuera del hogar familiar y bien lejos de la tierra natal. Llevaba pocos meses en España, ya estaba viviendo en Canarias y me alojaba junto a mi padre y mi hermano mayor en casa de mis tíos paternos. Yo estaba trabajando como temporera en Galerías Preciados en la sección de Juguetes. El día de nochebuena nos iríamos más temprano, todas  mis compañeras de trabajo hablaban de cómo pasarían esa noche y la noche vieja. Yo apenas me comunicaba con ellas, me sentía alejada de todo eso, me fui al baño a llorar, ahí me vio una  empleada  con la que apenas había cruzado un par de saludos, se sentó y a mi lado y me preguntó que pasaba, cuando salimos de nuevo para la sección de ventas al poco rato me llaman de otro mostrador y un grupo de chicas me entregó unos dulces navideños, querían que yo compartiera la alegría que se veía alrededor. Han pasado muchos años y ya ni siquiera recuerdo, no sus caras sino sus nombres, pero aún así guardo un profundo agradecimiento en mi corazón. Ese momento que compartí con ellas me hizo olvidarme por un instante la soledad que me acompañaría por mucho tiempo.

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