De una entrevista que le hicieron hace muchos años a Montserrat Caballé, recuerdo una anécdota que contó: Estaba ella en Nueva York para un concierto, e Iberia, qué cosa más rara, le había perdido el equipaje. Sin tiempo para ir a comprar un vestido adecuado para el espectáculo, recurrió a lo mismo que hizo Scarlett O´Hara en Lo que el viento se llevó: las cortinas del salón. Pidió a la recepción del hotel que le subieran unos útiles de costura y ahí mismo se preparó una túnica, que dada su figura era muy adecuado el modelo. El concierto, como siempre, fue un éxito, y en uno de los periódicos donde se hablaba de su actuación comenzaba con una frase parecida a: "La Señora Caballé, con su elegancia habitual ..." algo que a ella le produjo muchísima gracia y la verdad es que al escuchar la historia de sus labios una no podía evitar la risa. Descanse en paz.
Crecí viendo viejas películas durante la sobremesa en mi hogar, allá en Cuba, mi tierra natal. Este blog es un compendio de mis aficiones, el cine y la bisutería, y también parte de mis recuerdos infantiles y juveniles. Bienvenido a mi rincón virtual.
Que tal Lola!
ResponderEliminarBueno, pues si hace unos dias nos dejaba el bueno de Aznavour esta vez la perdida es la otra magistral artista como Montserrat Caballé. Creo que fue la primera cantante de opera que recuerdo siendo niño, ella junto a Salvador Dali eran los dos personalidades que me llamaban mucho al atención. Creo que has escogida estupendamente la canción, ahi tenemos a otro inolvidable cantante como fue Freddie Mercury. No conocia esa curiosa anecdota acerca del vestido. Como siempre un placer visitar tu blog. Ojala dejemos las necrologicas durante un tiempo.
Feliz domingo, bicos:)
Hola Fran, tuve mis dudas sobre poner algo sobre Monserrat Caballé, precisamente porque esto va a parecer la sección de necrológicas de un periódico, pero bueno, es lo que hay.
EliminarSaludos y gracias por pasar y comentar.
Si, yo tambien sabia la anécdota, me extrañó que ante esa situación no comprara un vestido y si era festivo y no podía, siempre en el vestuario que tienen en el teatro no le acomodaran uno, en fin, que descanse en paz :(
ResponderEliminarBesos y salud
Hola Genín, supongo que la anécdota será verídica, ella lo contaba como tal, hay que tener en cuenta que en los teatros lo que hay más bien son "disfraces".
EliminarSaludos y gracias por pasar y comentar.
Vaya par de voces las del vídeo. Siempre me digo que tengo que escuchar más música, pero luego nunca encuentro el momento. Desconocía la anécdota, y como dicen en un comentario anterior, me extraña que no encontraran otra solución, pero lo bueno de esas historias es inventarse al menos la mitad. DEP.
ResponderEliminarHola Javier, verídica o no la anécdota, resultaba muy gracioso escucharla, a mí me caía muy bien, siempre hablaba con una dulzura y a la vez una alegría que contagiaba. Respecto a la música, yo estoy perdiendo la costumbre de escucharla con la frecuencia con la que lo hacía antes, y eso es algo que debo de enmendar.
EliminarSaludos y gracias por pasar y comentar.