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miércoles, 31 de octubre de 2007

Colegio pijo

Mi niñez estuvo marcada por dos épocas, la de antes del 59 y la posterior. Mi padre, inmigrante canario, trabajó muy duro para sacar a su familia adelante. Pertenecíamos a eso que se llamaba pequeña burguesía, no eramos ricos, pero teníamos todas nuestras necesidades bien cubiertas, entre otras cosas porque mi padre se levantaba todos los días a las cuatro y media de la mañana para atender su negocio.
Como es lógico, los padres siempre queremos que nuestros hijos sean en la vida algo mejor de lo que nosotros hemos sido, y ¿que mejor principio que buscar un colegio de los llamados de pago?
En Cuba, habían muchos colegios públicos, pero ahí sólo iban los que no podían pagar un colegio privado, de esta última clase había un gran abanico donde escoger, desde el colegio más bien humilde con un par de aulas, dónde en una estaban todos los alumnos de los primeros cursos mientras que en la otra estaban los de los cursos superiores, hasta esos colegios con edificios enormes y una flota de "guaguas" que nada tenía que envidiar en número a las que salían a diario del Paradero de la Víbora.
Yo pasé del kindergarten público a un colegio de esos de dos aulas, hasta que ya con siete años, mis padres consideraron que ya era hora que fuera al colegio "grande".
Recuerdo perfectamente el primer día de clase, estaba aterrorizada con tantas niñas a mi alrededor, niñas que iban desde los 5 hasta los 12 años aproximadamente, cientos de ellas, yo no sabía dónde colocarme, hasta que se oyó una voz por los altavoces mandando a ponernos en fila según se iban indicando los cursos correspondientes. De mi curso, 3º, habían 4 grupos de niñas, otros tantos de niños, que estaban separados en otra parte del edificio. Porque me he olvidado de decirlo pero yo estaba en un colegio católico, donde la educación se impartía por separado a niñas y niños, la tontería llegaba al punto que en las guaguas ni siquiera los hermanos podían sentarse juntos, faltaría más.
Uniforme: blanco, por debajo de la rodilla, con el monograma del colegio bordado en el bolsillo superior. Calcetines y zapatos blancos, el primer año mi madre me los limpiaba todos los días, al curso siguiente eso ya era labor mía, creo que de ahí me viene la afición a limpiar zapatos continuamente. En invierno chaqueta de paño azul. ¡Ah! pero lo verdaderamente divino era el uniforme de gimnasia: blusita blanca con cuello marinero, shorts bombachos de color azul y una falda acampanada que se cerraba con botones en la parte delantera. Tennis blancos con calcetines del mismo color, generalmente que llegaban a la rodilla. La gimnasia consistía en dar una serie de saltitos y otros tipos de ejercicios calisténicos. ¿los aburro? imagínense cómo me sentía yo.
Las clases por la mañana se impartían en español, a la tarde en inglés, porque el colegio además de privado y católico, que no religioso porque no era regentado por ninguna orden, era bilingüe, vamos; lo más de lo más. Las clases de religión y la gimnasia también a la tarde.
Continuará...

16 comentarios:

  1. El colegio, qué tiempos aquellos! Yo fui al colegio público de mi barrio con mis amiguitos y sin uniforme. Recuerdo jugando siempre al fútbol en el recreo jaja

    besos.

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  2. Mis cordiales saludos y sentimientos de amistad Con la finalidad de dar a conocerla. La historia de cada uno comienza en la ni�ez y con ella tambien sella nuestra personalidad.

    Atte.
    Kurtosis.

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  3. lolita, dime si nos prestas tu relato. ;)
    Un abrazo, tony.

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  4. que colegio era ese? cerca del paradero de la vibora?

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  5. Fernando ¿desde ya eras hincha del Atlético?:)
    Kurtosis Bienvenido, gracias por tu comentario.
    TonyNo se, la historia ni siquiera está terminada. Además entre tanto pionero, ¿que pinta una niña burguesa? bitonga, esa era la palabra que usaban.
    parejaYo vivía cerca del paradero, el colegio estaba en el Vedado.
    Gracias a todos por sus comentarios. Saludos!!!

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  6. Yo ya soy parte de los forzosamente tuvieron que dar el gritico aquel: "Seremos como el Ché". Pionerito rebelde.

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  7. Lola, Estoy seguro que se aburre. Tu historia esta muy interesante.
    En contraste, aquí las escuelas públicas tienen buena reputacion y mucha gente que pudiera mandar a sus hijos a las escuelas privadas los envía a las públicas.
    Espero la continuación de tu relato con impaciencia.
    Saludos,

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  8. Hola!!! QUE BUENO QUE NOS CUENTES PARTE DE TU NIÑEZ, A PESAR DE TODO NO FUE TAN MAL.....O ME EQUIVOCO? QUIZAS POR LAS IDEAS QUE IMPARTIAN, COMO QUIEREN HACERLO AQUI!!!!pero le pido a Dios que nunca pase, que triste seria tener que decir Patria, socialismo o muerte, triunfaremos...noooooo!!!!un beso y espero la otra parte del cuento!!!!

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  9. esos uniformes blancos eran tan imprácticos en el Trópico. Es verdad que daban menos calor, pero el cuello de las camisas y blusas siempre estaba negro por detrás. Continúa estas memorias que están bien interesantes, sobre todos para los que no vivieron esa época

    saludines

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  10. ahhh se me olvidaba te deje algo en mi blog!!!!

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  11. Pendiente de cómo continúa la historia me quedo con las primeras frases. Me ha recordado a mi padre que trabajaba durante el día mientras acudía a clases nocturnas. Ellos sí que eran duros.

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  12. St.Jose Yo no tuve que dar el famoso grito de guerra, pero cuando salió el Diario del Ché yo ya estaba en el Instituto y nos fastidiaron los 5 minutos de entreclase para leernos párrafos del Diario,después claro la gente salía en desbandada a fumar o a la cola del baño, y claro llegábamos tarde a la siguiente clase, con la consiguiente bronca del profesor de turno.

    Algodar Eso era otro mundo, pero la verdad si le soy sincera guardo pocos buenos recuerdos de esa etapa. Procuraré complacerlo en la continuidad del relato.

    Lis Amiga, esto fue justo antes de "eso", el colegio era muy estricto, era lo normal en esa época y eso es algo que marca mucho. De todos modos, era preferible a lo que vino después.¡Gracias por acordarte de mi!

    Frigi Lo de los uniformes blancos le dio bastantes dolores de cabeza a mi madre, pero eso merece una historia aparte. De todos modos, imagine a las niñas de los colegios de monjas con uniformes tipo "jumper" en colores oscuros, y encima manga larga, era demencial.

    Tawaki Creo que antes la gente tenía más espíritu de sacrificio, no siempre las cosas eran fáciles, ahora muchos adolescentes no saben valorar las cosas que tienen.

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  13. Perdón, olvidé darles las gracias por los comentarios. Saludos a todos!!

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  14. Lola, "A Margarita Debayle" es una joya de Rubén Darío. De hecho, mi favorito.

    "Margarita está linda la mar,
    y el viento,
    lleva esencia sutil de azahar;
    yo siento
    en el alma una alondra cantar;
    tu acento:
    Margarita, te voy a contar
    un cuento:"

    ¡Saludos cordiales!

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  15. Qué post nostálgico, que lindo que nos cuentes sobre el colegio. Yo de niño fui a uno cerca de casa del que guardo recuerdos encontrados. Saludos!

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  16. Perdón:
    Quise decir "Estoy seguro que nadie se aburre"

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