Katharine Hepburn

Veneno para la taquilla, así se la conocía en la época en que rodó junto a Cary Grant, La fiera de mi niña, uno de los motivos por lo que se dice que la película no tuvo el éxito que se esperaba.

La película, es una comedia loca, en la que Hepburn se interpreta a sí misma: vitalista y un poco excéntrica, a quien da el perfecto contrapunto su compañero de rodaje, Grant, que interpreta a un profesor serio y algo aburrido, sólo preocupado por su museo.

En su libro, Yo misma, la actriz cuenta unas divertidas anécdotas del rodaje de esta película. A Cary Grant no le gustaba la idea de rodar con un leopardo, así que un día le tiraron un leopardo de peluche por encima de la puerta de su camerino, cosa que hizo que Grant saliera de estampida.

Kate rodaba las escenas con el leopardo teniendo cerca a la domadora del animalito, quien tenía siempre un látigo a mano. En la escena en que Hepburn va de un lado para otro hablando por teléfono y acariciando la cabeza del leopardo, no hubo problema, el animal la seguía y le embestía el muslo al que le habían impregnado perfume, según cuenta la actriz en su libro, ella no tenía cerebro suficiente para darse cuenta del peligro que entrañaban esas escenas. En otra escena con el animal, que siempre se rodaron en una jaula, ella llevaba un vestido de vuelo al que le habían añadido unos pesos en el bajo para que se balanceara, al parecer la actriz dio un giro demasiado rápido, el leopardo se asustó y se tiró a su espalda, la rapidez de la domadora en controlar al animal, hizo que todo quedara en un susto, pero también terminó ahí mismo su libertad con el leopardo.

Otra película que me gusta mucho es La Costilla de Adán, en ella trabaja con Spencer Tracy, en el que ambos hacen de un matrimonio jurista, él es el fiscal encargado de acusar a una mujer de intentar asesinar a su esposo, papel interpretado por Judy Holliday, mientras que ella es la abogada defensora, la escena del juicio en la que Kate lleva a una serie de mujeres, fuera de lo común para aquella época, es antológica, sobre todo cuando "la forzuda" levanta en peso al fiscal.

Katherine Hepburn y Spencer Tracy mantuvieron una relación fuera de la pantalla, de más de 27 años. La química que transmitían en la pantalla, la llevaron al plano privado, y aunque después de la muerte de la actriz se han publicado artículos y libros diciendo que esa relación fue falsa, me opongo a creerlo así. Ellos transmitían una magia que creo que sólo el amor es capaz de crearla.